Reseña de la presentación de “Amor
declarado”
Únicamente una semana tuve para
realizar promoción para presentar un libro.
A veces parecen que las cosas no
saldrán como lo has planeado, lejos de estresarme fui siempre positivo.
El pianista que deseaba incluir
en la presentación no podría estar por motivos personales, la sala donde se presentaría
el libro tenía un problema con la cerradura, pero sin recordar aquella frase
tan popular “al mal tiempo buena cara”, fue precisamente lo que hice, sonreír a
los problemas, tuve al final una bonita sala, lejos del bullicio exterior, perfectamente
iluminada, una pintura dibujando una mujer con reboso andando sobre un paisaje
representativo del campo. Ni siquiera sabía que bocadillos ofrecer al concluir
la presentación, sin embargo las cosas fueron sucediendo…
Estuvo presente gran parte de la
familia, otros no pudieron asistir por motivos diferentes, sin embargo me sentí
emocionado de contar con quienes desde el inicio he contado y me han dado su apoyo
desinteresadamente.
Me gustan las cosas al vapor,
esas que no te dan tiempo de relajarte, o peor aún; perder la motivación, es
algo que disfruto y creo que estoy hecho para las cosas sin premeditación, así surgió
el libro, así han sido las cosas más importantes de mi vida y sus instantes.
Mientras se iba uno a uno
acomodando, yo por mi parte observaba sus rostros, esperaba que alguien se
aburriera y se marchará, después de todo era la menospreciada poesía…
Sin embargo me sentí envuelto en
una noche mágica, las palabras sabias y llenas de cultura de dos grandes
maestros de las artes en mi querido estado, remarcaban la noche.
Mención especial para ellos: los
maestros Selene Salas y Humberto de Haro, quienes aceptaron amablemente
presentar mi libro ante un público 70% familiar.
Me quedo con las palabras de
ambos y me las guardo para siempre, francamente esperé que al profesor Haro no
le gustará mi libro, para mi sorpresa lo leyó dos veces, desde principio a fin
y desde el fin hacia el principio.
Respecto a Selene tuve la fortuna
de conocerla en una entrevista frente a las cámaras, no me cabe duda de que
ambos representan gran parte de la cultura moderna de mi estado, van sembrando
sus propias huellas en distintas facetas.
Pero las sorpresas comenzaron a
ocurrir cuando finalizó la presentación, sucesos que nunca me esperé, personas
que comenzaron a acercarse a mí para comprar mi libro, para felicitarme, para
tomarse la foto, trato siempre de poner una dedicatoria personal en cada libro
y al final de cada firma me sentí tranquilo y contento, deseando desde lo más
profundo que el libro les gustará.
Regale 4 libros en diferentes
circunstancias y deseo mencionarlo por las circunstancias en que se fueron
presentando y ante todo lo que lograron que yo mismo sintiera.
El primer libro fue prácticamente
una casualidad, destino o como usted guste llamarle.
Como he escrito líneas atrás la
sala donde se presentaría el libro, quedó inutilizable debido a una descompostura
en la cerradura de un portón de madera; que mínimo cuenta con 150 años de
existencia.
Tenía un problema frente a mi ¿Cómo
avisar que cambiaba de sede la presentación? Me sugirió entonces el director de
la Ciudadela del Arte; que uno de los hombres de su personal se colocará en la
puerta principal con un libro.
El hombre accedió amablemente, su
rostro siempre sonriente y su trato sencillo, perspectiva de vida de un hombre
que vive sin temores, le entregue en su mano un libro, me dijo luego “me
cruzaré la calle para invitar a las personas que pasan”. Pensé que no era buena
su idea, pero le permití que fuera, mientras fui a beber una cerveza rápido,
por aquello del estrés y un poco por las ganas, cuando volví lo encontré junto
a dos de mis hermanas a quienes de paso también invitaba.
“Está muy bonito su libro, ya lo
he leído” me dijo y a lo que respondí, “se lo regalo” el hombre sonrió una vez
más, mientras me daba las gracias.
El segundo libro ocurrió mientras
daba las dedicatorias.
Existen nombres que nos cuestan
por ser diferentes a como los conoces de otras gentes y ese error me provocó
reaccionar “permíteme firmar otro, esté ya no” cogí mi libro y le regale el
otro a su amiga.
El tercer libro fue cuando el
evento concluyo, de esos que se te quedan guardados en la memoria por la manera
en que se presentó.
Ya eran prácticamente las 10 de
la noche, descendí por las escaleras entre toda esa oscuridad habría que bajar
las escaleras, una mujer y su hijo se aproximaron hacia mí. “quiero felicitarlo
por su libro, me gusta mucho leer, usted va a llegar muy lejos tiene mucho
talento, le venía diciendo a mi hijo que en cuanto tuviera dinero compraría el
libro” le entregue el libro sin costo, ella se mostró muy agradecida, creo que
me pagó mucho más al ver su felicidad, mientras los turistas que acudían al
edificio a escuchar historias pasaban, ella con orgullo les dijo “acaba de
presentar su libro” ellos ni siquiera le miraron, pero no importaba, para mí
fue muy placentero verla salir con mi libro. “Espero que lo presenté en Luis
Moya, usted me avisa y ya veré como le llevo gente”.
Una de las guías turísticas se acercó
a mí… “Escuche que presento un libro” le dije que efectivamente eso ocurrió en
el piso superior “Me gustaría tenerlo, pero no traigo el dinero conmigo” Le
dije “es tuyo no me lo pagues”. “Lo voy a promocionar mucho, muchas gracias de
verdad”
Sus rostros felices son los que
se me quedaron en la memoria, no siempre podemos pagar un libro y para el autor
es gratificante poder darles en sus manos y de corazón a corazón el fruto de
algo hecho con pasión.